Simmondsia chinensis.
Se extrae por presión en frío de las semillas secas de Simmondsia chinensis.
Contiene ácidos grasos (palmítico, oleico, eicosanóico, behénico, docosenóico), ceramidas y un 50% de insaponificables (es el aceite vegetal con mayor contenido en insaponificables), lo que le da características iguales o superiores a las de la grasa de ballena, con gran afinidad por el manto hidrolipídico de la piel.
Rehidratante, da elasticidad a la piel. Forma un film hidrolipídico protector de la piel contra la deshidratación. Nutre la dermis. Muy indicado en particular durante y tras las exposiciones solares. Puede utilizarse en productos para pieles grasas y con tendencia acnéica porque no es comedogénico.
Utilizado en la composición de cremas y emulsiones, humectantes, hidratantes, nutrientes y reestructurantes de la dermis y en cremas anti envejecimiento. En aceites de baño. En emulsiones calmantes y reestructurantes para después del afeitado y la depilación. Para tratamientos capilares, incorporado en champús facilita la eliminación de los depósitos de sebo. También se utiliza en champús como fortificante y reconstituyente en el momento del recambio capilar y contra la caída del cabello.